¿Qué es vender en corto?

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¿Qué sabes sobre la inversión? Si eres un principiante absoluto, puede que sólo sepas que tienes que comprar barato y vender caro. Esa regla es fácil de entender. Si compras una acción a un precio bajo y la vendes a un precio alto, obtienes un beneficio. Pero, ¿y si pudieras ganar dinero haciendo lo contrario? ¿Y si pudieras comprar a un precio alto, vender a un precio bajo y, de alguna manera, ganar dinero con ello?

Bienvenido al mundo de las ventas en corto. Vamos a explicarle una de las formas más interesantes y controvertidas de ganar dinero con las acciones. 

¿Cómo funcionan las ventas en corto? 

Los vendedores en corto ganan dinero cuando el precio de una acción cae. Por lo general, lo hacen tomando prestadas las acciones previamente. Veámoslo con un ejemplo. 

  1. Un vendedor en corto toma prestada 1 acción de Apple, que vale 127 euros. La vende inmediatamente en el mercado por ese precio. 
  2. El vendedor en corto espera a que el precio de las acciones de Apple baje. Al cabo de unas semanas, la acción se hunde hasta los 100 euros. 
  3. El vendedor en corto compra ahora una acción por 100 euros y se la devuelve al inversor al que se la pidió prestada. 
  4. Se queda con los 27 euros restantes como beneficio. 

¡Y eso es todo! Al tomar prestadas las acciones y comprarlas más tarde, los vendedores en corto se benefician de la caída de los precios de las acciones. Cuanto más baje el precio de la acción, más beneficios obtendrán. 

Pero esto también conlleva riesgos. Supongamos que vendes una acción en corto por 50 dólares, pero sube a 150 dólares. Perderías 100 dólares, más del doble de tu inversión inicial. 

Si compras una acción –o tienes una posición larga, en la jerga de los inversores–, lo máximo que podrías perder es el 100%. Pero cuando se trata de una posición corta, pierdes más dinero cuanto más suben las acciones, lo que significa que tus pérdidas podrían ser muy superiores al 100%.

A primera vista, parece algo razonable. Y sin embargo, si alguna vez te has encontrado con la expresión "vendedor en corto", probablemente haya sido con una connotación negativa. ¿Por qué?

La ética de las ventas en corto 

Cuando compras una acción, normalmente quieres que su precio aumente. Tienes un incentivo financiero con ese resultado en concreto, ya que sólo ganas dinero si el precio sube. Por lo tanto, es comprensible que te ilusiones con la acción. Tal vez compartas ese entusiasmo con tus amigos o incluso escribas un post en internet comentando que crees que la empresa en la que has invertido va a ser un éxito. 

De la misma manera, los vendedores en corto tienen un incentivo financiero ver caer una acción. Por lo general, creen que la acción va a bajar inevitablemente, ya sea porque ha subido demasiado o porque creen que a la empresa no le va a ir tan bien en el futuro como hasta ahora. Al igual que el inversor anterior, también podrían compartir esa información públicamente. 

Aquí es donde entramos en un terreno más complejo. Algunos fondos se especializan en la venta en corto. Buscan valores que consideran sobrevalorados y los venden en corto. Una vez lo hacen, suelen publicar informes detallados en los que explican los motivos de su decisión. Aquí tienes un ejemplo de un vendedor en corto, Citron, conocido por sus dramáticos informes. Curiosamente, la empresa dejó de publicar estos informes en enero de 2021 tras el short squeeze a Gamestop. Si no lo has seguido, el short squeeze consistió en inflar el precio de las acciones de Gamestop tan alto que estos vendedores en corto se vieron abocados a perder mucho dinero.

Estos informes tienen dos propósitos: uno es explicar a otros inversores exactamente por qué el vendedor en corto cree que el precio de la acción bajará, y el otro es convencerles de que se unan. Esta segunda parte es la más compleja de la venta en corto desde el punto de vista ético, porque si se consigue convencer a suficientes personas de que el precio de una acción va a bajar, venderán sus acciones –o tomarán posiciones cortas– y la acción caerá, lo merezca o no. 

Es el fenómeno contrario al de las memestock: en lugar de que una acción suba sin motivo, baja sin razón aparente. En el caso de las memestock, a la gente no suele importarle, aunque sí haya preocupación por una posible burbuja. Pero cuando una acción se hunde porque un vendedor en corto convenció a mucha gente de que iba a caer, a la gente le molesta más. Para empezar, porque muchos accionistas pierden dinero en este caso. En segundo lugar, porque la empresa también podría tener problemas para conseguir financiación a causa del bajo precio de sus acciones. 

Los vendedores en corto defienden sus prácticas afirmando que contribuyen a determinar los precios a través de un tira y afloja entre los que creen y los que no creen, que con el tiempo conduce a que el precio de las acciones de una empresa sea un fiel reflejo de su valor. Al permitir que existan tanto optimistas (los inversores) como pesimistas (los vendedores en corto), se garantiza que las acciones no suban demasiado rápido ni se generen burbujas. 

Quién tiene razón en este debate es casi irrelevante. Lo que es más importante es saber que los vendedores en corto existen, cómo funcionan y cómo afectan al mercado. Al fin y al cabo, no siempre se puede comprar barato y vender caro.