Consejos sobre finanzas que ya no funcionan

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Consejos y padres, un combo inseparable. Recurrimos a nuestros padres cuando necesitamos orientación o queremos tranquilidad, esa acogedora sensación de hogar. Y cuando hablamos de decisiones financieras, es fácil mirar a las personas que te han criado y pensar que deben tener la respuesta a todas tus dudas. 

No quiero sonar cruel, pero tus padres son mayores que tú, y no, ser mayor no siempre significa ser más sabio. Eso quiere decir también que no siempre pueden ayudarte a dar de baja esas suscripciones que no usas o saber si tu tostada de aguacate de cada semana repercute gravemente en el saldo de tu cuenta. 

Bromas aparte, el mundo, la sociedad y la economía están cambiando cada vez más rápido. Muchos de los consejos que nos dieron nuestros padres no funcionan tan bien cuando se aplican al estilo de vida actual. Dediquemos un momento a analizar los más comunes e intentemos verlos desde una nueva perspectiva. 

Gastar dinero en educación es siempre una buena inversión

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No me malinterpretes: la educación será probablemente la inversión más importante de tu vida. Y, precisamente por eso, debes tener cuidado con la forma en que decides invertir ese dinero. 

En el mercado laboral actual, es más fácil conseguir un puesto de trabajo mejor pagado en unos ámbitos que en otros. Un licenciado en economía o en ingeniería tiene más probabilidades de ver un retorno económico inmediato una vez termine sus estudios que una persona que ha estudiado fotografía o un licenciado en humanidades. Dicho esto, no significa que tengas que renunciar a tu sueño de ser diseñador de moda para hacer un máster en administración y dirección de empresas si no es eso lo que quieres hacer. Pero quizá invertir 25.000 euros en un máster que no sabes a dónde te llevará no sea la opción más inteligente, sobre todo si tienes que endeudarte para perseguir tu sueño.

Si vives en Europa, la mayoría de los países tienen universidades públicas asequibles que ofrecen una educación realmente buena. En algunos lugares, como Alemania y Francia, son incluso gratuitas.  

Puedes decidir centrar tu atención en hacer varias prácticas mientras estudias en una universidad pública. Esto te permitirá reunir más experiencia laboral en el campo que te interesa mientras estudias una especialización. Es más barato que cursar un máster en una universidad privada, y además podrás obtener una asignación mensual para tus gastos, lo que no está de más. Incluso para las carreras para las que es considerablemente difícil conseguir un primer empleo, las posibilidades aumentan enormemente si consigues acumular experiencia laboral en la vida real, fuera de los muros académicos. También puedes decidir dejar aparcada tu especialización y tomarte un año para hacer prácticas en empresas consolidadas después de terminar la carrera. Al final del año, tendrás una imagen más clara en tu mente y sabrás si un máster es la opción adecuada para ti, y tu CV se verá mucho más completo. 

Dinero ahorrado es dinero seguro

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Mi madre me decía que es importante ahorrar al menos el 15% de tus ingresos mensuales, aunque el 20% es mejor. El resto se podía gastar y utilizar para tus gastos diarios y para todo lo que necesitaras. Tenía razón en cuanto al concepto general de ahorro, pero quizá es mejor no utilizar una cuenta de ahorro para hacerlo. 

Hoy en día, las cuentas de ahorro son sencillamente malas. No están pensadas para acumular una alta rentabilidad del dinero que se deposita en ellas. La principal desventaja de las cuentas de ahorro es que el tipo de interés que ofrecen es tan bajo que el riesgo de que la inflación se coma el valor de tu depósito es demasiado alto.

Una pequeña comparación: a principios de los años 80, no habría sido raro abrir una cuenta de ahorro con tipos de interés de hasta el 16%. 

Hoy, en los primeros meses de 2021, la tasa de inflación en Italia ha aumentado un 1,2%, mientras que el tipo de interés medio aplicado a los depósitos (cuentas corrientes, depósitos de ahorro y certificados de depósito) es de sólo el 0,33%. Con estas cifras, el dinero que pusiste en tu cuenta de ahorro hace un año ya vale menos, y su valor será aún menor el año que viene. Quizá sea el momento de considerar una alternativa. 

Si una cuenta de ahorro no es una opción válida, ¿qué otra cosa puedes hacer? Si nos lees desde hace un tiempo, ya sabrás la respuesta: ¡invertir tu dinero!

Es posible que sea la única manera de ver crecer su dinero, que conlleva un porcentaje de riesgo como parte del trato. Aun así, está ampliamente admitido que, a pesar de la posibilidad de un hipotético desplome del mercado, poner tu dinero en la bolsa es la mejor manera de ver un rendimiento neto a largo plazo. Los nuevos tiempos lo ponen más fácil que nunca. No es necesario hacer largas colas en el banco; sólo se necesita el smartphone y una app como Vivid, que permite empezar a invertir desde 0,01 euros, por lo que resulta accesible a todo el mundo.

Cómprate una vivienda

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Si eres italiana/o como yo, sin duda habrás oído esto muchas veces. El sueño de nuestros padres y abuelos era comprar su casa lo antes posible y jubilarse tranquilamente, sin la molestia de pagar un alquiler. Pero en la actualidad, la vivienda se ha convertido en un bien increíblemente caro. La situación del mercado laboral actual ha reducido mucho nuestras posibilidades de elegir dónde vivir, y es bastante habitual que las nuevas generaciones se muden de ciudad cada dos o tres años mientras intentan encontrar la mejor manera de gestionar sus carreras profesionales. Al mismo tiempo, el mercado de la vivienda se ha disparado y los precios desde luego no son los mismos a los que estaban acostumbrados nuestros padres. Por poner un ejemplo, mi madre compró su primer apartamento de dos habitaciones en las afueras de Milán en 1979 (tenía 24 años) por 24 millones de liras, que hoy, convertido a euros y ajustado a la inflación, equivaldría aproximadamente a 25.000 euros. Hoy en día, en Milán no se puede conseguir ni siquiera un garaje por ese dinero. 

Antes de embarcarte en la titánica tarea de conseguir una hipoteca, considera si estás en una ciudad en la que vas a permanecer más de dos o tres años. ¿Vas a poder hacer frente al coste de una hipoteca mensual? ¿Y a los gastos del edificio? ¿Y el mantenimiento? Todos estos conceptos suelen estar incluidos en el alquiler, pero tú estarás a cargo de los pagos si eres propietario de la vivienda. Además, infórmate de si existe alguna ley especial para congelar los precios del alquiler en la zona en la que estás pensando comprar. Es posible que, debido a estas leyes, tengas que pagar más por la hipoteca de lo que hubieras pagado por el alquiler. También te indicará lo que podrías cobrar a un hipotético inquilino si decides mudarte y alquilar tu piso a otra persona. No estoy diciendo que "no inviertas en inmuebles", sólo te sugiero que tengas en cuenta todos estos elementos antes de precipitarte a comprar una propiedad que podrías verte obligado a abandonar en un par de años.